ECONOMIA
Ing. Sonia Bueno
Fotos: Cortesía de la autora
Entre los numerosos cambios ocu-
rridos en la década del 60 se con-
cibe un amplio programa de cons-
trucción de presas y micropresas
como reservorios de agua para las
estaciones de sequía o poco lluvio-
sas y como protección contra las
inundaciones a causa de desastres
naturales. Conocemos que Dulce
María Corrales fue pionera de
algunas de estas obras hidráulicas
-¿Cómo te fuiste acercando a la
hidráulica y qué sucesos influye-
ron en esta decisión?
-Durante mis estudios de
Ingeniería de Minas en la
Universidad de La Habana, a prin-
cipios de los 60s, decido en los
últimos años residirme como
hidráulica. En aquella época exis-
tían no solo grandes sequías sino
también severas inundaciones
como en el río Almendares..
Después del ciclón Flora se le da
más auge a esta especialidad que
se iniciaba recientemente, además
nos motivamos también porque la
mayoría de los ingenieros civiles
se iinteresaban más por las estruc-
turas, o sea los cálculos de puentes
y edif icaciones y no por la disci-
plina del agua en sí. Mi esposo, en
aquel entonces mi novio, también
se decidió por hidráulica, cosa que
me hizo sentir más atraída y pedí,
después de g raduada, entrar en la
construcción “a pie de obra”.
-¿Recuerdas algunas personas
que hayan determinado en tu
enseñanza y vocación por las
ciencias?
-Primero que todo mi padre y mi
madre quienes, sin tener grandes
conocimientos, sabían qué que-
rían en la vida y hacían un sacri-
ficio noble para que estudiára-
mos en el convento donde está-
bamos internadas mi hermana y
yo; la imagen de mi hermano
por sus ideas y virtudes que
siempre estaba en situaciones
difíciles, escondiéndose, porque
luchaba en la clandestinidad. De
cierta for ma recibí la influencia
mis queridas monjitas que nos
disciplinaban, nos despertaban a
las seis de la mañana con casta-
ñuelas; las recuerdo con cariño
por sus costumbres y creativi-
dad. Estudié el bachillerato en el
Instituto de la Víbora, al cual
estaba adscrito el convento de
La Sagrada Familia. Allí me
relacioné con dos profesores
extraordinarios: lHor tensia
Pichardo y su esposo, Fernando
Portuondo, quienes influyeron en
mi formación ideológica pese a
mi inclinación hacia las ciencias.
Por ellos conozco la historia de
Cuba con más acier to, pues no
solo eran profesores magníf icos
sino también amantes de su pro-
fesión.
-Esto signif ica un giro brusco en
la educación y formación espiri-
tual dentro de tan corto plazo
durante el nacimiento de la
Revolución. ¿De qué manera asi-
milas este salto y cómo estable-
ces una relación entre la forma
de vida limitada y la nueva, de
liberación social?
-Durante mi estancia en el con-
vento había algunas situaciones
incómodas que limitaban el des-
arrollo de la enseñanza católica
que recibía y es cuando comienzo
a entrar en contradicción con la
imagen cristiana. Por ejemplo en
ese convento no había ninguna
niña negra, las más oscuras éra-
mos mi hermana y yo, por eso no
podíamos ser angelitos en los
espectáculos. Las monjitas mexi-
canas que nos cuidaban eran des-
preciadas por algunos eclesiásti-
cos a pesar de sus excelentes
hábitos y educación; además de
no tener familias y sacrif icarse en
otro país, recibían muy poco
dinero. De ahí surgen mis ideas
progresistas, pues toda esa ense-
ñanza de amor al prójimo fue la
base para entender la necesidad
de cambio revolucionario, enton-
ces ya más adelante paso de la
Juventud Católica del Instituto a
integrar la Asociación de Jóvenes
Rebeldes.
-Una vez culminados los estudios
te incorporas al programa de las
construcciones hidráulicas que se
inicia en aquel momento. ¿En qué
proyectos u obras participas?
-El primer proyecto y más impor-
tante para mí fue la construcción
de la presa Cuatro Caminos de
Falcón ubicada en las cercanías de
Pozo Seco, donde actualmente se
encuentra Ejército Rebelde, popu-
larmente conocida como la presa
del Parque Lenin. Era una etapa
difícil porque no se acostumbraba
ver a los estudiantes y recién gra-
duados en las obras y, por tanto,
no teníamos experiencia práctica
de cómo funcionaban los equipos.
Tampoco se realizaban grandes
investigaciones geológicas y cuan-
do comenzaron las excavaciones
se percibió poca capa producto de
la tierra roja, parte meteorizada de
la caliza cavernosa y, efectiva-
mente, el cuerpo de agua estaba
situado encima de un antiguo ver-
tedero donde predominaba una
estructura cárstica y fue adsorbido.
Esto fue una suerte para la cons-
trucción de la presa Niña Bonita,
importante objetivo económico en
esos momentos, concebida para el
riego de los campos destinados al
desarrollo agropecuario y con una
capacidad aproximada de 5 millo-
nes de metros cúbicos. En este
período fueron terminados también
los embalses Maurín, La Coronela y
Ariguanabo que suman un total de
cinco obras cuya ejecución fue mi
responsabilidad. Después pasé a
dirigir, a nivel provincial, la ejecu-
ción de las estaciones de bombeo.
Estos fueron momentos preciosos
porque es un conjunto de los más
interesantes que tiene Cuba:
Pedroso-Mampostón. Esto consiste
en un sistema en que el agua se
bombea desde la presa Pedroso
situada en Güines a través de un
canal (Pedroso-Mampostón) hacia
la presa Mampostón (en San José
de las Lajas) que embalsa en este
sentido; posteriormente,cuando las
necesidades se invierten, se abren
las compuertas y el agua se bombea
en la dirección contraria por medio
de dos bombas gigantescas de una
capacidad de un metro cúbico por
segundo
Se reconoce al agua como un
recurso financiero, cuya gestión
integral es un proceso muy cos-
toso y considerando las condicio-
nes naturales de Cuba donde el
relieve de llanuras ocupa el
75 % del territorio. ¿Puedes
sintetizar en qué consiste la
construcción de un embalse en
las condiciones del país?
-El principio es muy sencillo. Los
niños, por ejemplo, hacen diqueci-
tos en la arena para jugar con los
barquitos de papel. En realidad se
cierra el río pero, debido a las con-
diciones de llanura de nuestro país,
los diques son muy extensos lo que
hace toda la operación más costosa
en comparación con otras regiones
elevadas del mundo, donde los cie-
rres son más cortos. Se busca la
cota de agua expandiéndose en el
dique que finalmente no es más que
un terraplén. La mayoría de nues-
tras presas son de tierra y materiales
locales extraídos en las cercanías de
la obra y estudiados cuidadosamen-
te. Se eligen los parámetros con el
fin de asegurar la obra.
-¿Se consideran las estaciones
poco lluviosas y lluviosas, condi-
ciones extremas y las tendencias
climáticas a largo plazo?
-Siempre se busca que la presa sea
bianual o más, es decir, se calcula
para varios años asegurando la uti-
lidad para la que se prevé, que no
se seque, teniendo en cuenta la
hidrología y a partir de los resulta-
dos estadísticos.
-¿Cómo se puede evitar la
desaparición superficial del “río
abajo” y con ello su hábitat a lo
largo de kilómetros con el cierre
de una presa?
-En toda presa hay una cantidad de
agua que sale y es llamada agua
sanitaria, esto se calcula en el
volumen de embalse ya que los
diques no se suben tan altos como
se quiera sino que se tiene en
cuenta el volumen a necesitar,
tanto en la presa como río abajo.
Para esto son los parámetros.
-¿Y también se considera un fac-
tor de seguridad?
-Sí, también. Por ejemplo si se
tiene una hidroeléctrica hay que
garantizar, en condiciones extre-
mas, que esa inversión enorme no
se pierda, para esto se prevén los
parámetros como sequía, clima,
cegamiento, etcétera. Puede venir
una sequía muy grande pero la
presa tiene que abastecer durante
el tiempo previamente calculado;
si todo se prevé correctamente, no
tiene por qué secarse el río abajo.
-Ahora pudieras explicar, ¿cómo
cambian las propiedades del
agua, en cuanto a su calidad, con
el cierre de un dique ?
-Realmente no estoy muy prepara-
da para responder con certeza,
pero se sabe que el agua tiene un
proceso anaeróbico, o sea, tiene
contacto con la superficie, las bac-
terias y se van depurando en la
parte superior. También se tiene en
consideración la sedimentación, es
por eso que el agua para el consu-
mo humano se trata y potabiliza
porque al depositarla, va decantan-
do, lo cual provoca el azolve. Ese
embalse acumula también el agua
de lluvia que cae y erosiona los
laterales arrastrando todo tipo de
materiales como la arcilla que se
sedimenta y a lo cual se denomina
enarenamiento.
-¿Qué efecto provoca la cons-
trucción de una presa en rela-
ción con el medio ambiente?
-Hay detractores de las presas por-
que en Cuba existen áreas muy lla-
nas y, por consiguiente, los diques
son muy grandes y las áreas de
excavación local son también consi-
derables para sacar los materiales
del dique que se obtienen del vaso
Desde los muros del convento hasta
los diques de una presa
Dulce María Camejo Corrales nace en Pinar del Río el 12 de septiembre
de 1944. Comienza sus estudios de Ingeniería de Minas en 1963 en la
Universidad de La Habana y se gradúa de ingeniera civil
en el año 1968. Seguidamente se integra a los proyectos de construcción
de presas dirigiendo a pie de obra y ejerciendo la profesión durante
varios años. Laboró como inversionista en la Industria de Materiales
de la Construcción. En la actualidad preside la Unión de Arquitectos
e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) en Ciudad de La
Habana. Premio Vida y Obra de Ingeniería Civil y presidenta
de la Asociación Iberoamericana de Arquitectura e Ingeniería.
Conversaciones sobre el agua
El agua es un bien común e imprescindible para nuestra vida,
tan necesario como la luz del sol. Puede ser un medio de
transporte o de producción, una fuente de energía, de vida o
recreación, también un adversario indómito en ciertas cir-
cunstancias y siempre hay un número infinito de manos que
se ocupan de hacerlo útil para todos. Presentamos a estas
personas, algunos en primer plano, pero mayormente desem-
peñando un papel modesto y al servicio de la sociedad.
El cuidado de este líquido preciado concierne a todos los
seres humanos y debemos esforzarnos para conocerlo
mejor en su diversidad, por lo que tomarán la palabra per-
sonas que operan diariamente con el agua en las diferentes
esferas, mediante su procedencia, el camino que los llevó a
su profesión y perspectiva personal hacia el uso y cuidado
de los recursos hídricos: en fin, los lazos estrechos y com-
plejos que existen entre el agua, la economía y la sociedad.
El uso de los recursos hídricos tiene impacto directo y
constante en la economía del país y es múltiple el
engranaje entre personas, sistemas e instituciones.
La función ejercida por cada uno resume informaciones
auténticas.
¡Luego, in medias res, conversemos sobre el agua!
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ECONOMIA
21 de octubre de 2007
de la presa o se sirven de los alrede-
dores. En casi todas las presas que
he construido, hemos utilizado los
materiales del vaso aunque también
de otros lugares porque se tiene que
buscar el material idóneo para lograr
la impermeabilidad de la presa y no
tiene por qué ser toda la cortina en
su corte vertical la que trabaje
impermeabilizando. Hay presas de
pantalla donde lo que se impermea-
biliza es el contacto con el agua y la
parte de atrás pueden ser rocas o
cualquier material local, puede ser
de núcleo, que se le colocan en el
centro espaldones a cada lado.
“El ingeniero, como dice la palabra,
debe ser muy ingenioso y tratan de
aprovechar los materiales de exca-
vación del vertedor para agredir lo
menos posible al medio ambiente
pero de todas formas lo agrede, por
ejemplo tenemos la utilización de
embalses en lugares donde hay capa
vegetal o cultivable de, a veces, un
metro, pero si por esta razón no se
hubiera construido la presa, ¿qué se
hubiera hecho el país en estos años
de sequía?. Como la propia vida,
cada acción que se realiza debe ana-
lizarse con determinación
porque,además, modificas el clima.
Donde hay grandes superficies de
agua acumulada aparecen niebla,
evaporaciones mayores y por tanto
precipitaciones.
En la naturaleza una parte se benefi-
cia y otra se perjudica, por eso siem-
pre es necesario un análisis de facti-
bilidad multidimensional, sin olvidar
la parte económica con el producto
social. O sea, con todas estas obras
vinculadas con la naturaleza hay que
mantener un equilibrio de manera
que no dañe la vida.
Las presas tienen utilidades múlti-
ples que signif ican también un
beneficio para el desarrollo de las
especies. Los factoresr conciencia y
responsabilidad son imprescindibles
en estos casos: el hombre tiene que
analizar la rentabilidad, teniendo en
cuenta la cuantificación de los
beneficios y considerar todos los
elementos que intervienen en la
construcción de una presa”.
-¿Recuerdas algún inconveniente
o momento difícil ocurrido
durante la ejecución de una obra?
-El día que se votó el agua por
encima de la presa Niña Bonita,
casi lloro.
¿Qué ocurrió entonces?
-Estábamos comenzando a sellar
el río, esto fue en el mes de
enero, por suerte no había mucha
altura pero teníamos equipos en
lo que llamamos “aguas abajo”
que es por donde se vierte el
agua excesiva, y aguas ar riba es
donde se embalsa. Era el
momento más crítico del sellado,
habíamos seleccionado los pará-
metros mediante un estudio
minucioso entre los constructores
ingenieros, el Ministerio (DAP)
y los proyectistas, o sea, ya se
había revisado todo pero pasó el
agua por encima de la presa.
Cuando estábamos tratando de
sacar los equipos ubicados aguas
abajo, un compañero grita: “Ahí
viene Fidel!”... ya te puedes ima-
ginar... Yo era muy jovencita,
recién graduada, tenía terror a
cometer er rores y mucho más
uno como ese. Quise que me tra-
gara la tierra.
¿Cómo entiendes la relación
hombre-agua-economía, por
ejemplo en una obra hidráulica?.
-Es evidente que esta relación es
fundamental e inseparable.
Recordamos que nuestro país se
sustentaba de una producción bási-
ca netamente agrícola. La econo-
mía dependía de los años de llu-
via y de sequía, significando que
el agua es el factor económico
decisivo para sostener esas produc-
ciones, cuestión que no se puede
ignorar. Por tanto, hay que garanti-
zar sus operaciones constantes,
independientemente de las condi-
ciones climáticas ya que se trata
del sostén de la economía.
-Sería interesante saber ¿cómo
coordinabas las exigencias de tu
of icio con tu vida privada?
-Nos casamos en la presa Niña
Bonita y tuve nuestro primer hijo
en la presa Maurín. El segundo
niño lo tuve en la presa La
Coronela, es decir trabajé durante
los dos embarazos hasta los ocho
meses y los bebés nacieron saluda-
bles de parto natural. A la niña, la
más chica, tenía que llevarla todos
los días al círculo en Ventré, por-
que en La Habana no había círculo
infantil .Me levantaba a la cinco
de la mañana todos los días.
-¿Y cómo se trasladaban?
-En el Volkswagen (VW) que me
habían entregado, y entonces le
construimos en el asiento trasero
una especie de baranda para trans-
portar la niña sin que se diera gol-
pes. También crecieron mis respon-
sabilidades en aquella época por-
que recibí, entre más de 500 com-
pañeros ,el honor de integrar las
f ilas del PCC, eso fue en el año 70.
Eramos solo tres mujeres en total
construyendo presas ( Ana Lidia y
Concepción y yo), ni siquiera en la
cocina teníamos presencia femeni-
na. Ese fue un tiempo de mucho
respeto y entendimiento, recuerdo
que quien nos dirigía era el coman-
dante Pupo, yo dirigía a 500 hom-
bres y fue una experiencia inolvi-
dable. Además existía el respeto a
la autoridad técnica como forma de
desarrollo. Ahora muchos profesio-
nales plantean que falta, por eso
siempre lo transmitía a mis alum-
nos en la universidad y a mis hijos
que son también universitarios. En
mi vida profesional nunca tuve
imposiciones en las empresas aun-
que hubo tareas que no fueron exi-
tosas, unas por falta de experiencia
o desconocimiento, otras porque
no podía abarcarlo todo, pero el
caso fue que solo tuve imposicio-
nes técnicas.
-Y como dirigente, ¿qué imagen
tienes?
-Como ya dije, como jefe tampoco
podía estar en todas partes porque
también tengo mi hogar y mi
familia. No obstante, mi criterio es
que el jefe debe distribuir las
tareas y garantizar que en su
ausencia se mantenga la estabili-
dad y el trabajo continúe. Además,
se debe tener carisma y ser ama-
bles y atender a todo el mundo.
-¿Qué experiencias tienes en la
gestión integral de proyectos?
-Cuando este concepto se introduce
en Cuba trabajaba como inversio-
nista y paso a asesorar la construc-
ción de las grandes presas desde
Santa Clara hasta Oriente bajo la
dirección del MICONS. Yo pertene-
cía a la sección de presas y canales
magistrales y le construíamos las
obras hidráulicas al Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos
(INRH), este último proyectaba y
nosotros ejecutábamos. El sistema
de normas era determinado por
aquel y existía un proyecto de orga-
nización por nuestra parte, la super-
visión se realizaba mediante el
inversionista Aún no se utilizaba la
terminología de Gestión Integral de
Proyecto pero eran los mismos
principios y estaba muy bien con-
cebido además de que discutíamos
mucho entre los participantes a la
hora de confeccionar un proyecto,
hasta llegar a algunos cambios y
arreglos pero con mucho respeto y
apoyo, partiendo del principio de
que lo importante es la obra.
“Como profesora impartía la asig-
natura de Organización y Proyecto
de Organización de Ejecución de
la Obra, en gran parte de la ges-
tión integral de proyecto, esa era
mi especialidad, trataba entre otros
la organización de la ruta crítica
(planificación de tiempo y recur-
sos), los diagramas GANT y
PERT, que no son más que meto-
dología para el desarrollo del pro-
yecto. Esta puede ser aplicada
también por una cocinera para
organizar su actividad de manera
óptima en su cocina”.
-Si de inmediato recibieras la
tarea de incorporarte nuevamen-
te a la construcción de una
presa, ¿cómo obrarías?
-Primero pensaría mucho para rea-
lizar los análisis técnico-económi-
cos de manera multidimensional,
como dije anteriormente, teniendo
en cuenta no solo la rentabilidad,
sino todos los aspectos y criterios
que intervienen en un proyecto.
-¿Qué planes tienes para el futu-
ro inmediato?
-Continuar durante los próximos
tres años presidiendo la UNAICC
en Ciudad de lLa Habana y apo-
yando a los af iliados que me con-
f iaron esta posición.
-¿Hobbies?
-Mis nietos, mis animales y mis
plantas, en fin yo amo la vida.
LA presa Ejército Rebelde, ubicada en Ciudad de La Habana, tiene una capacidad de 52 hm3
PRESA Zarza, en Ciudad de La Habana, con una capacidad de 17,2 hm3.